El DNS define:
1. Un espacio de nombres jerárquico para los hosts y las direcciones IP.
2. Una tabla de hosts implementada como una base de datos distribuida.
3. Un traductor (del inglés, resolver) o librería de rutinas que permite realizar consultas a esa base de datos.
4. Enrutamiento mejorado para el correo electrónico.
5. Un mecanismo para encontrar los servicios en una red.
6. Un protocolo para intercambiar información de nombres.
Para ser auténticos ciudadanos de Internet, los sitios necesitan el DNS. Mantener un fichero local /etc/hosts con un mapeado de todos los hosts que los usuarios puedan querer contactar no es factible.
Cada sitio mantiene una o varias piezas de la base de datos distribuida que posibilita el servicio global del sistema DNS. Su pieza de la base de datos consiste en dos o más ficheros de texto que contienen registros para cada uno de los hosts. Cada registro es una sencilla línea consistente en un nombre (normalmente el nombre de un host), un tipo de registro y diversos valores o datos.
El DNS es un sistema cliente/servidor. Los servidores (de nombres) cargan los datos de sus ficheros de DNS en memoria y los usan para responder las consultas tanto de los clientes de la red interna como de los clientes y otros servidores en la red Internet. Todos sus hosts deberían ser clientes del DNS, pero relativamente pocos necesitan ser servidores de DNS.
Si su organización es pequeña (unos pocos hosts en una única red), puede ejecutar un servidor en uno de sus equipos o pedirle a su ISP (del inglés, Internet Services Provider) que le proporcione ese servicio en su nombre. Un sitio de tamaño medio con diversas subredes debería tener múltiples servidores de DNS para reducir la latencia de las consultas y mejorar la productividad. Un sistema muy grande puede dividir sus dominios de DNS en subdominios y usar algunos servidores para cada subdominio.





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